Manuel Eugarrios y Carlos Salgado FELAP

Mirador Semanal por Manuel Eugarrios

¡Tres fecundas décadas de la FELAP!


En estos días la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) celebró un congreso más en Argentina, poco después de cumplir a principios del pasado mes de Junio, treinta y un años de haber sido fundada en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México.

Ciertamente, la FELAP nació en el seno del Primer Congreso Latinoamericano de Periodistas, celebrado del 4 al 7 de Junio de 1976, al cual acudieron veintitrés países de la región y más de treinta organizaciones profesionales que representaban en ese momento a cuarenta mil periodistas de nuestro subcontinente.



Me parece oportuno señalar que la creación de FELAP fue un hecho histórico trascendental, pues todos los anteriores esfuerzos por la unidad gremial de los profesionales de la información en América Latina, habían sido boicoteados por el imperio gringo, la SIP y otros organismos de la derecha internacional.

En este recordatorio casi nostálgico, es obligatorio reconocer los denodados intentos y las luchas que treinta años atrás venían librando con el hermoso propósito de la unidad, líderes de la talla de Genaro Carnero Checa, del Perú, Ernesto Vera, de Cuba, Eleazar Díaz Rangel, de Venezuela, y Luis Jordá Galeana, de México. Por supuesto que este reconocimiento se extiende a los colegas y al pueblo de México.

La Junta Directiva de ese Primer Congreso fundador de FELAP, estuvo compuesto por los siguientes compañeros: Presidente, Luis Jordá Galeana; Secretario General, Genaro Carnero Checa; y Vice Presidentes: Eleazar Díaz Rangel, Ernesto Vera, Tomás Stella (Puerto Rico), Euclides Fuentes Arroyo (Panamá), Ignacio Briones Torres (Nicaragua), y Carlos Cuestas, de Argentina.

Al momento de su nacimiento, en sus principios generales, la FELAP se declara antifascista y de una clara oposición a todo régimen de terror dirigido a la opresión del pueblo. Y en momentos en que prevalecen en el subcontinente oprobiosas dictaduras como la somocista y otras, la nueva entidad proclama que es una organización antiimperialista, anticolonialista, popular y democrática, y reconoce el carácter continental de la lucha de los pueblos contra la opresión, y sostiene que sólo de ella surgirá la gran patria latinoamericana.

Además, hacía “causa común con las organizaciones populares, democráticas y revolucionarias en la lucha por las reivindicaciones políticas, económicas, sociales y culturales de los pueblos de América Latina”, al igual que “enarbola las banderas de la liberación nacional de los pueblos de América Latina, y estrecha filas en la lucha contra las corporaciones transnacionales y la dominación del imperialismo norteamericano”.

Luego de aprobar otros numerosos acuerdos relativos a la vida política y periodística de la región, ese Primer Congreso eligió al Primer Consejo Directivo de FELAP, que en sus cargos de mayor rango se integró así: Presidente, Eleazar Díaz Rangel; Primer Vice presidente, Luis Jordá Galeana, y Secretario General, el querido hermano y legendario luchador por la verdadera independencia de nuestros países, Genaro Carnero Checa.

Como era de esperarse, Nicaragua, que había dado hijos como el eximio periodista y poeta renovador del idioma castellano, Don Rubén Darío, y como el general de los hombres libres, Augusto C. Sandino, no podía faltar en esa cita histórica para la fundación de la FELAP: además de Nacho, que fue incorporado a la directiva del Congreso fundador, estuvimos presentes Manuel Eugarrios y Eduardo Alvir, y como observador el poeta y caro amigo Francisco de Asís Fernández Arellano, tal como consta para la historia en el primer Boletín informativo de la FELAP editado en la primera quincena de Agosto de 1976.

No me cabe ninguna duda de que al correr del tiempo los miembros fundadores de la Federación Latinoamericana de Periodistas pudieron individual y colectivamente distinguirse en sus lanchas por la libertad de prensa, por las libertades públicas más connotadas y por el imperio y respeto de los derechos humanos en sus respectivos países y desde sus particulares posiciones políticas.

Sin embargo, fuimos los periodistas nicaragüenses los que apenas dos años después de la fundación de FELAP, en una acción colectiva pusimos en práctica por primera vez en el mundo -que hasta la fecha no se ha repetido en ningún otro lugar- lo que denominamos como el periodismo de catacumbas, en los primeros meses de 1978 y a raíz del brutal magnicidio del inmenso periodista y patriota Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, Director de “La Prensa”.

Fue entre los directivos y miembros del combativo Sindicato de Radioperiodistas de Managua -que en ese momento yo conducía desde el cargo de Presidente- que nació la idea del periodismo de catacumbas, y que históricamente realizamos durante varias semanas en diecisiete templos católicos de la capital leyendo al mediodía a la abarrotada audiencia, los noticieros que desde muy temprano comenzábamos a redactar en la humilde sede del Sindicato.

Participaron en esta memorable jornada decenas de periodistas que junto a los locutores de los muchos radioperiódicos de Managua, leíamos en los templos los noticieros estratégicamente distribuidos para cubrir la mayor parte de la ciudad terremoteada. Tal fue el modo de informar al pueblo en medio de una huelga general que empresarios y trabajadores decretamos en protesta contra el asesinato del Doctor Chamorro Cardenal.

Se trató, ni más ni menos, de noticieros transmitidos en vivo a los ciudadanos, y después todos estuvimos de acuerdo en que valieron la pena los esfuerzos y los riesgos que corrimos ante la represión moral de la guardia nacional, que en la mayoría de las veces rodeó los templos en rondas sucesivas. Y no sólo por eso valió la pena, sino porque en varias ocasiones y lugares esos ciudadanos nos abrazaron y derramaron lágrimas de agradecimiento por informarles lo que pasaba en el país.

Desde luego que nuestro periodismo de catacumbas fue noticia mundial, y para constatarlo y entrevistarnos vinieron colegas de Francia, España, Italia, Venezuela, Colombia, México y otros países que hoy se nos escapan de la memoria.

En fechas posteriores a su fundación, y durante tres períodos que finalizaron en 1991 (año en el que junto con Carlos Salgado y Yo-Ya-Voy estuvimos presente en el VI Congreso celebrado del 20 al 24 de Octubre de 1991 en Canelas, Río Grande Do Sul, Brasil), me cupo el honor de ser Vicepresidente para Centroamérica. Apartando falsas modestias, puedo afirmar que en ese Congreso de Canelas tuve una lúcida actuación en el arreglo positivo de asuntos internos de Felap, de lo cual puede dar fe el amigo Salgado.

Enviamos, pues, a 31 años de distancia, nuestro emocionado saludo a los periodistas fundadores de FELAP, en especial a Ernesto Vera y a Eleazar Díaz Rangel.

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