YA NO LLEVO FLORES
Yo ya no te llevo flores por la mañana
y es que te veo a la distancia y tiempo
tienden entonces ellas, a envejecer
a perder fragancia
misma que vá disipandose en el aire y llevada
por los vientos de estos inviernos nuestros
entre calores y humedad, lloviznas, brisas que empapan
como el rocio mis yemas eran mojadas
al cortarlas para ti, que no las recibes
por culpa del tiempo y la distancia del ahora
Hoy el monumento que tiene al héroe observa mi pasar
acostumbrado a diario a mis actos escondidos de cortar flores
y nunca revele para quién era
sólo vós estuvistes enteradas que eran tuyas
y depositabas su delgado tallo entre tu cabello y orejas
ahí estaban relucientes, sólo dominada por el tiempo
y su envejecimiento por el tiempo que avanza
Esas flores ahora quedan ahí, en sus arbustos
brillante con sus variados colores
olientes con sus aromas
y no sé si triste porque ahí quedan
o alegres porque aún cortandolas, y con ello fallecimientos rápidos
se dan el lujo de andar por la ciudad
en mis manos o en tu cabellera
y recibiendo piropos de otras, que no saben quién la dió
y re-preguntando hoy porqué no las llevas.
Hoy es el ahora de los versos sueltos
como los besos de seda, que rozan tus mejillas
para recordar con esa energía, que u dia
las flores que hurté, siguen ahí
aunque ya no adornen tu cabeza
pero dejan igual que el beso, una esencia del olor de mi cariño
Carlos A Salgado Gómez
Julio 2, del 2012.Managua. Nicara
Yo ya no te llevo flores por la mañana
y es que te veo a la distancia y tiempo
tienden entonces ellas, a envejecer
a perder fragancia
misma que vá disipandose en el aire y llevada
por los vientos de estos inviernos nuestros
entre calores y humedad, lloviznas, brisas que empapan
como el rocio mis yemas eran mojadas
al cortarlas para ti, que no las recibes
por culpa del tiempo y la distancia del ahora
Hoy el monumento que tiene al héroe observa mi pasar
acostumbrado a diario a mis actos escondidos de cortar flores
y nunca revele para quién era
sólo vós estuvistes enteradas que eran tuyas
y depositabas su delgado tallo entre tu cabello y orejas
ahí estaban relucientes, sólo dominada por el tiempo
y su envejecimiento por el tiempo que avanza
Esas flores ahora quedan ahí, en sus arbustos
brillante con sus variados colores
olientes con sus aromas
y no sé si triste porque ahí quedan
o alegres porque aún cortandolas, y con ello fallecimientos rápidos
se dan el lujo de andar por la ciudad
en mis manos o en tu cabellera
y recibiendo piropos de otras, que no saben quién la dió
y re-preguntando hoy porqué no las llevas.
Hoy es el ahora de los versos sueltos
como los besos de seda, que rozan tus mejillas
para recordar con esa energía, que u dia
las flores que hurté, siguen ahí
aunque ya no adornen tu cabeza
pero dejan igual que el beso, una esencia del olor de mi cariño
Carlos A Salgado Gómez
Julio 2, del 2012.Managua. Nicara
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