El hèroe de 223 años de Nicaragua en 2015

El General José Dolores Estrada Vado nació en la ciudad de Nandaime, Departamento de Granada (Nicaragua), el 16 de marzo de 1792, siendo sus padres Don Timoteo Estrada y Doña Gertrudis Vado Lugo, ambos de muy humilde condición económica.

Tuvo tres hermanos: José Julián, José María (clérigo) y Magdalena.


Fue bautizado por el Presbítero y Beneficiario de la parroquia de Nandaime, Don Buenaventura Gutiérrez, conforme a los ritos religiosos de la Iglesia Católica.

A los 19 años formó parte de las asonadas libertarias de 1811 en pro de la independencia de España y en abril de 1812 defendió la plaza de Granada.

Sus primeras letras las estudió en una escuelita privada.

Por su precaria situación económica, su adolescencia se deslizó en la pequeña finca que poseían sus padres, cooperando en las labores agrícolas y labrando personalmente la tierra.

Esto influye en su fortaleza corporal y contribuyó a la formación de su carácter firme y decidido.

 En la guerra “Argüello Cerda” peleó en 1827 con el grado de sargento a favor de las fuerzas de Argüello. En 1851 fue ascendido a capitán de las milicias del Estado.

En la Guerra Civil de 1854, pelea a favor del Gobierno de Fruto Chamorro.

En 1855 fue ascendido a teniente coronel y se incorporó en defensa de los legitimistas y participó en la exitosa batalla de Pueblo Nuevo.

 Como resultado del Acuerdo de paz suscrito entre Walker y el Gral. Ponciano Corral el 23 de octubre de 1855, el coronel Estrada se negó a rendirse y a entregar las armas y se une a los jefes legitimistas que integran las fuerzas del septentrión donde estaba el Gral. Tomás Martínez con Fernando Chamorro, para combatir contra Walker.

Consecuente con sus determinaciones políticas, estampa como Teniente Coronel la segunda firma de 37 firmantes, la proclama legitimista de Matagalpa fechada el 20 de abril de 1856, sosteniendo la legitimidad del gobierno del Licenciado Estrada contra el gobierno provisorio de Don Patricio Rivas.

El 15 de abril de 1856 con el Coronel Fernando Chamorro, atacó Somoto donde cayó herido de gravedad.

LA ACCIÓN DE SAN JACINTO.

El 14 de septiembre de 1856 se presentó frente a los corrales de la hacienda San Jacinto, en las horas del amanecer, un ejército de filibusteros seleccionados entre los más expertos combatientes de Walker. Comandaba la tropa el Coronel Byron Cole, como primer jefe, y Willy Marshall como segundo. 

La tropa del General Estrada se componía de ciento sesenta hombres y el ejército filibustero de trescientos soldados, con armas de precisión.

La acción de San Jacinto duró cuatro horas y fue reñida y tenaz por ambosbandos en lucha, siendo obligados los filibusteros a huir desordenadamente yen completa derrota, por el heroísmo y valor de los soldados nicaragüenses. 

El propio General Estrada, usando el único caballo que había en la hacienda, persiguió a los fugitivos hasta la hacienda San Ildefonso, donde el soldado Se Salmerón dio muerte al filibustero Byron Cole. 

Otros milicianos nicaragüenses capturaron y ahorcaron a varios filibusteros derrotados.

 Cien muertos por cada bando fue el saldo de la acción victoriosa, fuera de pertrechos de guerra que los derrotados filibusteros abandonaron en el campo de la acción y en los caminos de su huida.

La victoria de San Jacinto, lograda por la pericia, calma y prudentes

disposiciones del entonces Coronel José Dolores Estrada, fue una victoria completa contra los filibusteros y tuvo tanto significado en la Guerra Nacional, para la posterior capitulación de Walker, que el Coronel Estrada fue llamado justamente “Héroe”, pues constituyó la derrota filibustera en San
Jacinto la única definida victoria de tropas netamente nicaragüenses contra los invasores de Walker.

Después de la victoria de San Jacinto, el Coronel Estrada se incorporó en  Masaya a los ejércitos combinados de Nicaragua y Centroamérica, una vez que fue firmado el Pacto del 12 de septiembre de 1856, de unión de los partidos en contienda para arrojar a los filibusteros de Walker. 

El pacto fue suscrito en la ciudad de León por delegados de las dos facciones, que en su lucha habían puesto en peligro la soberanía e independencia del país al ser instaurado un gobierno ilegítimo.

En el verano de 1857, el Coronel Estrada, fue nombrado Jefe Militar de la plaza de Granada, manteniendo el orden en la destruida e incendiada ciudad, cuya destrucción definitiva esperaban consumar los invasores.

Terminada la Guerra Nacional, llamada justamente Guerra Nacional de Centroamérica, con la capitulación de Walker el 10 de mayo de 1857, por mediación del capitán norteamericano Davis, de la fragata Saint Mary, anclada en aguas del puerto de San Juan del Sur, le fue conferido al Coronel Estrada el grado de General de Brigada por el gobierno binario de los Generales Tomás Martínez y Máximo Jerez, nombrándolo al mismo tiempo Comandante de la Guardia de los Supremos Poderes.

Su célebre acción de armas de San Jacinto le mereció, al poco tiempo de su realización, una "Cruz de Honor" que le otorgó el gobierno de Guatemala y otra que le otorgo al Gobierno de Costa Rica.

El 15 de marzo de 1858, el gobierno de Nicaragua concede permiso al General José Dolores Estrada para que acepte el nombramiento de General de División que le ha conferido el Poder Legislativo de la República del Salvador.

En 1863, el General de División Estrada Vado, por oponerse a las aspiraciones continuistas del General Tomás Martínez, en 1863, le retira su grado militar y es obligado a exiliarse en Costa Rica, pero en 9 de septiembre de 1868, mediante decreto, el presidente Fernando Guzmán le otorga amnistía y el 27 de junio de 1869 es reintegrado al ejército con el nombramiento de Jefe de Operaciones del Ejército y le reafirmó el grado de General de División, a los 77 años de edad.

El 12 de agosto de 1869, a las ocho y diez minutos de la mañana, falleció en la ciudad de Managua, el General José Dolores Estrada, en el ejercicio de sus funciones de Comandante General de los Ejércitos de la República.

El Diario Oficial del gobierno, del sábado 14 de agosto de ese mismo año de su muerte, al registrar la nota de su fallecimiento expresó:

"El sólo anuncio de tan triste acontecimiento habla al patriotismo nicaragüense mucho mejor y más alto que lo que pueda hacerlo nuestra débil pluma”.

La vida del General Estrada es una gloria nacional y se halla escrita en el corazón de todos.

Esa victoria humilló, por primera vez, la soberbia de los filibusteros y abrió, al ilustre vencedor, las puertas del Templo de la Gloria."



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