EL ESFUERZO DE CRECER COMO PUEBLO
En la ciudad hay oportunidades de estudiar, es greuito la formaciòn publica, pero en el campo, lo rural, hasta hace dos años, es decir el 2013, impulsaron la educaciòn secundaria rural, eso es estrategico, ya que ahì està la producciòn agricola, necesaria para exportar y tener alimentos, granos, verduras, frutas y otros.
Cada fin de semana miles de jóvenes y adultos del campo nicaragüense se movilizan hasta escuelas y centros de capacitación en sus comunidades donde se ejecutan con éxito los diferentes programas de educación a distancia impulsados por el Gobierno para desarrollar integralmente el sector rural nicaragüense.
En el municipio de San Francisco Libre, cercano a la capital, decenas de jóvenes atienden las indicaciones de los docentes para preparar un abono orgánico que se fabrica con materiales que se encuentran en las mismas parcelas donde trabajan la tierra.
Alba Luz Pineda, la profesora que durante 8 semanas les ha enseñado temas como la protección de la tierra, conservación de suelos y agua, les explica detalladamente los ingredientes del abono y la forma en que deben prepararlo.
Los estudiantes observan detenidamente lo que la maestra les está demostrando, preguntan cuando tienen alguna inquietud y comentan lo que desde su experiencia como trabajadores del campo han desarrollado.
Anielka González, es una lugareña que no ha faltado ningún sábado a la escuela técnica en el campo.
“Hoy vamos a preparar un bio fertilizante que se elabora con semolina, melaza, hojas secas, leche cruda y agua de pozo. Ese bio fertilizante sirve como abono orgánico para las plantas, algo que es mejor en vez de utilizar productos químicos como la urea”, comentó mientras realiza el trabajo practica con algunas de sus compañeras.
“He aprendido muchas cosas que no conocía del campo, eso me gusta. Estos conocimientos lo voy a aplicar en mi casa con mis hijas, porque un poco de lo que yo sé creo que se lo puedo transmitir a ellas”, afirmó González.
También Darling Rojas, una mujer adulta que participa en la escuela, señaló que ha aprendido muchas cosas nuevas.
“Primero aprendimos la importancia de los suelos y el agua, cómo identificar cuando un suelo está enfermo y cómo identificar cuando está sano. Aprendimos a hacer barreras muertas, diques, cómo se hacen, cómo hacer mediciones, y muchas cosas. Las prácticas nos motivan, es importante aprovecharlas porque nunca se nos había dado esa facilidad de que tuviéramos esta enseñanza gratuita”, explicó.
Por su parte el joven Erick Ordoñez, explicó que los conocimientos que están adquiriendo les sirven porque San Francisco Libre es una zona agropecuaria. “Ahorita estamos estudiando la agronomía, la agricultura, una vez que a nosotros nos impartan estos conocimientos perfectamente podemos hablar con los productores e impartirles esos conocimientos que nosotros estamos adquiriendo actualmente”, comentó.
Emma Rosa Pérez, responsable de las escuelas técnicas de campo en el municipio de San Francisco Libre, detalló que en ese municipio funcionan 7 escuelas de campo.
“En todas tenemos muy buena asistencia, y en el caso de dos funcionan el domingo a solicitud de los protagonistas”, indicó.
Pérez aseguró que las clases prácticas de aprender haciendo han llamado la atención de los jóvenes, porque además que aprenden la teoría desarrollan la práctica que es algo necesario para afianzar sus aprendizajes.
Destacan asistencia en el programa de secundaria rural
De la misma manera que jóvenes trabajadores del campo se han integrado a las escuelas técnicas, centenares de estudiantes están asistiendo semanalmente a la secundaria rural, otro programa dirigido a fortalecer y ampliar la educación en las zonas rurales de Nicaragua.
En la comunidad El Bijague, a varios kilómetros de San Francisco libre, unos 20 jóvenes asisten a la secundaria rural.
Samuel Flores, el maestro que acompaña su proceso de formación, explica que los jóvenes están respondiendo muy bien al programa. “Gracias a la actitud positiva de los padres, la asistencia es muy buena los muchachos están respondiendo muy bien”, aseguró.
Meylin Rayo, una estudiante procedente de la Comunidad Las Mercedes, explica que se siente motivada para asistir a clases por la cercanía entre la escuela y su casa.
“Antes nos tocaba viajar largo a san Benito a caballo, en temporada lluviosa era difícil, esta escuela nos motiva a venir a estudiar aquí”, comentó.
Griselda Cristina, de la Comunidad Las Cruces, también explicó que antes se le hacía difícil continuar sus estudios por cuestiones de distancia y tiempo. Compartió que su meta al seguir estudiante es bachillerarse, estudiar una carrera y continuar desarrollándose como persona.
Jonathan Treminio, de Las Mercedes, dijo que le gusta estudiar mucho y tiene previsto salir adelante con su familia. “Esta oportunidad de estudiar aquí está muy buena. Antes nos tocaba ir más largo a estudiar, era más difícil en la temporada de lluvia, iba a caballo o a pie y si llovía a veces íbamos y a veces no íbamos a estudiar. El reto que tenemos es salir adelante hasta bachillerarnos”, comentó el joven.
Por su parte Sergio Mercado, delegado departamental del Ministerio de Educación en Managua, detalló que en esa comunidad hay una matrícula de 20 alumnos que supera el 90% de asistencia todos los fines de semana.
Dijo que a nivel de Managua hay 15 centros donde se imparte el programa de secundaria rural.
“Estamos en el primer corte evaluativo hay un 100% de aprobación”, comentó Mercado.
Explicó parte del éxito del programa se centra en la responsabilidad de los padres de familia y el acompañamiento de los Gabinetes de la Familia ha sido fundamental para incentivar a los jóvenes y a sus padres.
Asimismo, indicó que la alimentación escolar que se les garantiza a los estudiantes ha tenido incidencia en la asistencia y un mejor rendimiento de los jóvenes.
En el municipio de San Francisco Libre, cercano a la capital, decenas de jóvenes atienden las indicaciones de los docentes para preparar un abono orgánico que se fabrica con materiales que se encuentran en las mismas parcelas donde trabajan la tierra.
Alba Luz Pineda, la profesora que durante 8 semanas les ha enseñado temas como la protección de la tierra, conservación de suelos y agua, les explica detalladamente los ingredientes del abono y la forma en que deben prepararlo.
Los estudiantes observan detenidamente lo que la maestra les está demostrando, preguntan cuando tienen alguna inquietud y comentan lo que desde su experiencia como trabajadores del campo han desarrollado.
Anielka González, es una lugareña que no ha faltado ningún sábado a la escuela técnica en el campo.
“Hoy vamos a preparar un bio fertilizante que se elabora con semolina, melaza, hojas secas, leche cruda y agua de pozo. Ese bio fertilizante sirve como abono orgánico para las plantas, algo que es mejor en vez de utilizar productos químicos como la urea”, comentó mientras realiza el trabajo practica con algunas de sus compañeras.
“He aprendido muchas cosas que no conocía del campo, eso me gusta. Estos conocimientos lo voy a aplicar en mi casa con mis hijas, porque un poco de lo que yo sé creo que se lo puedo transmitir a ellas”, afirmó González.
También Darling Rojas, una mujer adulta que participa en la escuela, señaló que ha aprendido muchas cosas nuevas.
“Primero aprendimos la importancia de los suelos y el agua, cómo identificar cuando un suelo está enfermo y cómo identificar cuando está sano. Aprendimos a hacer barreras muertas, diques, cómo se hacen, cómo hacer mediciones, y muchas cosas. Las prácticas nos motivan, es importante aprovecharlas porque nunca se nos había dado esa facilidad de que tuviéramos esta enseñanza gratuita”, explicó.
Por su parte el joven Erick Ordoñez, explicó que los conocimientos que están adquiriendo les sirven porque San Francisco Libre es una zona agropecuaria. “Ahorita estamos estudiando la agronomía, la agricultura, una vez que a nosotros nos impartan estos conocimientos perfectamente podemos hablar con los productores e impartirles esos conocimientos que nosotros estamos adquiriendo actualmente”, comentó.
Emma Rosa Pérez, responsable de las escuelas técnicas de campo en el municipio de San Francisco Libre, detalló que en ese municipio funcionan 7 escuelas de campo.
“En todas tenemos muy buena asistencia, y en el caso de dos funcionan el domingo a solicitud de los protagonistas”, indicó.
Pérez aseguró que las clases prácticas de aprender haciendo han llamado la atención de los jóvenes, porque además que aprenden la teoría desarrollan la práctica que es algo necesario para afianzar sus aprendizajes.
Destacan asistencia en el programa de secundaria rural
De la misma manera que jóvenes trabajadores del campo se han integrado a las escuelas técnicas, centenares de estudiantes están asistiendo semanalmente a la secundaria rural, otro programa dirigido a fortalecer y ampliar la educación en las zonas rurales de Nicaragua.
En la comunidad El Bijague, a varios kilómetros de San Francisco libre, unos 20 jóvenes asisten a la secundaria rural.
Samuel Flores, el maestro que acompaña su proceso de formación, explica que los jóvenes están respondiendo muy bien al programa. “Gracias a la actitud positiva de los padres, la asistencia es muy buena los muchachos están respondiendo muy bien”, aseguró.
Meylin Rayo, una estudiante procedente de la Comunidad Las Mercedes, explica que se siente motivada para asistir a clases por la cercanía entre la escuela y su casa.
“Antes nos tocaba viajar largo a san Benito a caballo, en temporada lluviosa era difícil, esta escuela nos motiva a venir a estudiar aquí”, comentó.
Griselda Cristina, de la Comunidad Las Cruces, también explicó que antes se le hacía difícil continuar sus estudios por cuestiones de distancia y tiempo. Compartió que su meta al seguir estudiante es bachillerarse, estudiar una carrera y continuar desarrollándose como persona.
Jonathan Treminio, de Las Mercedes, dijo que le gusta estudiar mucho y tiene previsto salir adelante con su familia. “Esta oportunidad de estudiar aquí está muy buena. Antes nos tocaba ir más largo a estudiar, era más difícil en la temporada de lluvia, iba a caballo o a pie y si llovía a veces íbamos y a veces no íbamos a estudiar. El reto que tenemos es salir adelante hasta bachillerarnos”, comentó el joven.
Por su parte Sergio Mercado, delegado departamental del Ministerio de Educación en Managua, detalló que en esa comunidad hay una matrícula de 20 alumnos que supera el 90% de asistencia todos los fines de semana.
Dijo que a nivel de Managua hay 15 centros donde se imparte el programa de secundaria rural.
“Estamos en el primer corte evaluativo hay un 100% de aprobación”, comentó Mercado.
Explicó parte del éxito del programa se centra en la responsabilidad de los padres de familia y el acompañamiento de los Gabinetes de la Familia ha sido fundamental para incentivar a los jóvenes y a sus padres.
Asimismo, indicó que la alimentación escolar que se les garantiza a los estudiantes ha tenido incidencia en la asistencia y un mejor rendimiento de los jóvenes.