Diez curiosidades sobre Sigmund Freud, padre del psicoanálisis
Tal día como hoy, 6 de mayo, nació Sigmund Freud (1856-1939) en la entonces Moravia. El que es considerado como padre del psicoanálisisfue un hombre peculiar lleno de manías. Su vida estuvo marcada por sus grandes descubrimientos y su perjudicial adicción a la cocaína. Cambió la forma de pensar de la época implantando conceptos nuevos como el narcisismo, las pulsiones de vida y muerte, el complejo de Edipo y su división de la mente en tres: el ello, el yo y el súperyo.
Sigmund Freud está considerado uno de los personajes más polémicos e influyentes del siglo XX. Era un revolucionario para su época. Hizo enormes aportaciones a la psicología, pero sus métodos eran muy criticados por sus contemporáneos. Él buscaba el significado más allá de la superficie de las cosas. Para Freud lo mejor para llegar a la base de los problemas era sentar al paciente en un sofá de cuero y remover todos sus pensamientos, sentimientos y deseos alojados en el subconsciente para llevarlos al consciente.
Con motivo del 160º aniversario del nacimiento de Freud conviene repasar algunas de las curiosidades que marcaron la vida de Freud:
1. Devoción por la cocaína
Allá por el año 1880 Freud conoció una droga que se le suministraba a las tropas en la guerra para motivarlos. Se trataba de la cocaína y se obsesionó con saber sus beneficios terapéuticos. Empezó a consumirla mezclándola con agua y vio como mejoraba su digestión y su humor. También vio que desaparecía la depresión y las migrañas. Le encantaba el poder del polvo blanco y empezó a recomendárselo a sus allegados si querían mejorar la salud. Era su particular elixir de la vida. Aunque su idea sobre la cocaína cambió cuando se la recomendó a un buen amigo suyo para superar la adicción a la morfina, pero éste desarrolló una adicción mucho peor a la droga. A los 40 años dejó la droga por las taquicardias que experimentó y porque notó como se mermaban sus capacidades intelectuales.
2. Doctor por amor
A los 26 años conoció a la que más tarde sería su esposa Martha. Por aquel entonces su carrera como científico y su trabajo en laboratorios no le proporcionaba el sustento adecuado para poder mantener a una familia. Para conquistar a Martha decidió convertirse en doctor y abrir su propia consulta en Viena. A los cuatro años en la medicina consiguió casarse con ella.
3. Un Chow Chow como asistente
El amor que sentía Sigmund Freud por los perros era muy conocido, en especial a su Chow Chow Jofie. Con ella lo hacía todo, hasta pasar consulta. Para él su Chow Chow era el mejor asistente en sus sesiones de análisis. La compañía canina tranquilizaba a los pacientes. Además, Jofie también hacia de “reloj”: cuando ésta se incorporaba, Freud sabía que había terminado la consulta. En muchas ocasiones el padre del psicoanálisis afirmó que los perros tenían una innata capacidad para discernir a aquellos que brindaban amor y los que repartían odio. Una cosa que para los humanos era algo imposible, ya que eran propensos a confundir ambos sentimientos. “Prefiero la compañía de los animales a la humana, ellos son más sencillos”, decía Sigmund Freud.
4. Sus incomprensibles fobias
Sigmund Freud tenía varias fobias incomprensibles. Entre ellas, la más curiosa era su pánico al número 69. Evitaba a toda costa alojarse nunca en una habitación de hotel que tuviera ese número en la puerta, o alguna de sus combinaciones. Era ver el 6 y el 9 juntos y huía. También le tenía un miedo irracional a los inofensivos helechos.
5. Su adicción al tabaco
Freud fue un fumador empedernido desde los 20 años. Creía que con un cigarrillo en la boca mejoraba su capacidad de concentración. Llegaba a fumar 20 cigarros al día haciendo oídos sordos a las recomendaciones médicas. Esta adicción acabó traduciéndose en un cáncer de boca por el cual tuvieron que extirparle parte de la mandíbula. Además, necesitó 33 cirugías y le acabaron poniendo una prótesis. Aún así, no se dio por vencido y siguió fumando hasta que murió en 1939. El sufrimiento por el cáncer hizo que acabara pidiéndole a un médico amigo suyo que terminara con su vida. Tras tener el permiso de su hija Anna Freud, el doctor le suministró tres dosis de morfina que lo sumergieron en un estado de coma hasta la muerte.
6. Fuertes costumbres
A Freud no le gustaban los cambios. Era amante de seguir unas rutinas y no variarlas lo más mínimo. Siempre tenía que almorzar a la una de la tarde. A continuación, se levantaba de la mesa y se iba a caminar tres kilómetros, siempre haciendo el mismo recorrido y recogiendo algunas setas. Tampoco le gustaba comprar ropa nueva, no por falta de dinero, sino porque le bastaba con tener en su armario tres trajes, tres mudas de ropa interior y tres pares de zapatos. No necesitaba más.
7. Pasión por Don Quijote
Una de las curiosidades menos conocidas de Sigmund Freud era su pasión por Miguel de Cervantes. Tenía devoción por el escritor español hasta el punto de aprender castellano para leer ‘Don Quijote de la Mancha’ en versión original y no perderse ningún matiz de una de las obras literarias más importantes de la historia.
8. Enemigo del Tercer Reich
Freud era de familia judía, lo que hizo que fuera perseguido por los nazis. En 1938 fue declarado enemigo del Tercer Reich y tuvo que abandonar Viena y exiliarse en Londres. Sus libros fueron quemados en público. Sus cinco hermanas no lograron el pasaporte para huir y fueron apresadas y llevadas a campos de concentración. Allí murieron asesinadas por los nazis. Freud aún vivió algunas semanas más y falleció al poco de comenzar la Segunda Guerra Mundial.
9. Poco éxito de ventas
Aunque el legado de Sigmund Freud esté considerado como uno de las más importantes e influyentes en la psicología, lo cierto es que ‘La interpretación de los sueños’, su obra maestra, fue un fracaso de ventas en la época. A duras penas logró vender 600 ejemplares en trece años. Y eso que era el libro que inauguraba una nueva disciplina y un nuevo modo de entender al hombre mediante el psicoanálisis. Freud dijo de este libro que era un descubrimiento que se corresponde a uno de entre mucho, “pero solo se vislumbra una vez en la vida”.
10. Freud “está” en la Luna
Al poco de fallecer este psicólogo, se descubrió un pequeño cráter en la parte noroccidental del lado visible de la Luna. Como homenaje decidieron bautizarlo con el nombre de “Freud” en agradecimiento a su aportación.
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