Ni público o privado, malo siempre
Por Carlos Salgado Gómez
Periodista
Periodista
El comportamiento humano no es civil o militar, público o privado, tampoco es de creyentes o no, menos de ser hombre o mujer, simple y llano es una deficiencia en la conducta humana El autoritarismo tiene su expresión en la soberbia y normalmente se expresa en un bozal, un borrador de palabras, críticas, señalamientos con razón o equivocado, que aplican los que ejercen cargos públicos o privados, particular o autoridad civil y militar, simple acto de indecencia humana ejercitado por quién cree que el poder es eterno.
Los autócratas son primitivamente soberbios, mal educados, gente que cree ser dueña del mundo, aunque arriba de ellos hay galaxias completas, planetas, sistemas solares diversos mientras ellos ni a satélites llegan, con suerte a cometas, para no decir basuras espaciales.
Muchos “grandes” o de cargos elevados creen que no decir buenos días al llegar a cualquier sitio u oficina es una muestra de autoridad, es una simple mala educación y vulgaridad.
Recuerdo un evento en Cuba que fue cubierto por la periodista Xiomara Chamorro, de la PRENSA, un evento iberoamericano, del que surgió una foto, reproducida por Bolsa de Noticias en una columna que yo hacía. En la imagen Fidel saluda a los asistentes y el entonces canciller Eduardo Montealegre reflejó su pobre cortesía no saludando al Comandante Fidel Castro.
Y su reacción fue pegarle una gran regañada a su vocero, el periodista César Ubeda.
Así puedo seguir mencionando actos y comportamientos de soberbia y autoritarismo de todo tipo de personas, políticos y funcionarios cuyo autoritarismo no es menos o más porque venga de lo privado o lo particular, claro que en esto hay también abusos nuestros y hasta mala educación, pero de ello a la soberbia o autoritarismo como respuesta demuestra con facilidad que hablamos de algo falso con el poder: “la democracia” no existe. Ellos ejercen el poder y ya, aunque en la tumba nadie lo ha logrado mostrar y menos aplicarlo.
Hay soberbias eclesiales, como ocurrió en 2004, cuando el Obispo Pedro Lisímaco Chávez de Jinotega, orientó retener(secuestrar) a los periodistas que cubrían una disputa con religiosas en la sede de un asilo de la ciudad. La policía acató y yo, siendo presidente de UPN en ese año, 2004, intervine en defensa de mis colegas.
Otro hecho ocurrió en las cercanías del Coyotepe cuando arrebataron las grabadoras y extrajeron los casetes a otro colega, Allan Gutiérrez, y simil ocurrido cuando periodistas y reporteros gráficas fueron “limitados” en su cobertura y que terminó en una sesión para “limar aspereza” con el Primer Comisionado Edwin Cordero por iniciativa del entonces vocero Marlon Montano.
El autoritarismo sucede también con banqueros. Recuerdo un caso con el periodista Erving Vega que laboraba para el Noticiero Independiente del Canal 8 y un tuvo un rifi-rafa con un ejecutivo de BANCENTRO, jamás existió una disculpa.
Menos ocurrió con Nelson Artola, embajador en República Dominicana, quien cometió abusos en la televisora local de Matagalpa de la que era “propietario”. Recordamos su frase “me vale el periodismo”.
Venga de dónde venga el autoritarismo es igual. No hay mal pequeño o mal mayor, tampoco hay daños propios o colaterales, simplemente hay males y como dije anteriormente, ningún autócrata de izquierda ò derecha, centro o capitalista, justos o injusto es bueno ò malo, simplemente es ignorante y si cree que esta por encima de la humaidad, lo objetivo que està enterrado por la sociedad, y ningùn muerte ejerce en la tumba
Comentarios
Publicar un comentario